domingo, 17 de noviembre de 2013

Tiempo de cosecha: Reflexiones sobre nuestro estilo de vida

Hay tantas formas de vivir la vida...
Algunas de ellas ni siquiera las podemos imaginar.
A veces nos dejamos absorber tanto por nuestro propio estilo de vida que olvidamos que otras formas de vivir son también válidas o incluso posibles.
Al menos a mi me pasa de vez en cuando.

Adam y yo hemos pasado los últimos meses explorando la increíblemente larga extensión de esta tierra conocida como California. Parece una locura pensar que 1400 km separan Ensenada de Arcata. No parece una distancia tan larga cuando estas viendo el océano pacífico desde la ventana de un vehículo en movimiento y el paisaje cambiante que nos recuerda la constante transformación de nuestras vidas y nuestro mundo.

Nos hemos estado moviendo lentos pero seguros, sin saber exactamente lo que nos espera, pero con fe de que el universo nos provee con lo que necesitamos. Algunos de nuestros planes han tenido resultados decepcionantes, como "La Máquina de Sueños," una van de 1986 que le regalaron a Adam y que tuvimos que dejar en Los Ángeles después de haber puesto energía y dinero en ella porque tenía un problema de transmisión que en ese momento no podíamos arreglar por falta de fondos y tiempo.

Llegamos al condado de Humboldt a principios de octubre.
Todos los años miles de nómadas se reúnen en esta área buscando trabajo temporal, así que no fue gran sorpresa encontrar a mucha familia querida caminando en el mercado de los granjeros o esperando en la cola del baño en la tienda de comidas naturales.

Desde el Rainbow Montana he estado pensando en los muchos estilos de vida alternativos y la forma en que "Babilonia" o la gente que paga impuestos nos percibe. Estar en Arcata durante la temporada de cosecha me hizo pensar aún más en esto y hacerme a mi misma preguntas más profundas sobre la forma en la que estoy viviendo mi vida.

La primera vez que encontré el Rainbow el año pasado en Guatemala, lo percibí como una familia global de viajeros épicos con historias increíbles. Dependiendo más que nada en ayuda mutua, organizándose sin jerarquías, agradeciendo y respetando la naturaleza, este grupo parecía la utopía con la que estuve soñando por mucho tiempo. El encuentro en Guatemala fue muy pequeño, con quizás 300 personas máximo. El encuentro de Palenque fue mucho más grande, probablemente llegando a los 2,000 participantes el 21 de diciembre. Pero el encuentro nacional de Estados Unidos en Montana tuvo más de 10,000 participantes, y fue relativamente pequeño comparado con otros encuentros nacionales de Estados Unidos.

¡Diez mil persona reunidas en el bosque comiendo, defecando y durmiendo gratis! Por supuesto que iban a surgir problemas cuando un fenómeno así alcanza esas dimensiones. Distintas personas tienen distintas intenciones y visiones diferentes para un mundo ideal. Hay muchas ideas diferentes de lo que la familia arcoiris representa. Y por supuesto no es lo mismo viajar en grupos pequeños por pueblos en los que rara vez se ven visitantes que ser parte de un grupo gigantesco que inunda comunidades con indigencia y lo que a veces se percibe como abuso de recursos.

Es una cuestión que discutí con muchas personas cuando estaba viajando sin dinero y ahora el asunto me parece más claro. Entre más gente hace esto, más difícil se vuelve.
Traté de reciclar comida en el mercado de Arcata y pensé que teniendo ocho meses de embrazo,
siendo una buena comunicadora y viéndome limpia me ayudaría a conseguir algunas papas, pero me equivoqué. Los granjeros con los que hablé parecían molestos y me dijeron que nada se desperdiciaba mientras empacaban sus sobras en cajas de cartón que probablemente terminaron en la basura más tarde.

No sé si sea sólo mi perspectiva subjetiva, pero parece que cada día más y más gente escoge voluntariamente la "pobreza", intercambiando seguridad y comodidad por libertad. En Estados Unidos está decisión es facilitada por el desperdicio excesivo de la sociedad y por programas de gobierno como vales de despensa. Porque siendo realistas, la mayoría de los trabajos no son divertidos. Hay algunas personas que tienen la suerte de hacer cosas que les apasionan y recibir dinero a cambio, pero incluso en esos casos muchos de los trabajos soñados son nocivos para el medio ambiente o la sociedad en general. Personalmente, el trabajo que me dejó más dinero mientras trabajé en cine fue un video corporativo manipulador del cual aún me siento un poco culpable.

Mucha gente odia sus trabajos, pero odiarían la incertidumbre aún más. Mucha gente no es tan privilegiada como para poder realmente dejar todo de lado y aún poder alimentar a sus familias y encontrar otras formas de sobrevivir. Pero para los que somos jóvenes y aún tenemos la energía de lidiar con ello, la vida nómada con poco ingreso o sin ingreso es un sueño, aún cuando tiene sus desventajas y sus momentos difíciles, como cualquier otro estilo de vida.

Este grupo de viajeros "libres de hogar," no es una masa homogénea.
Hay jóvenes rebeldes buscando aventura, quienes crecieron muchas veces en hogares temporales donde sufrieron abusos, adictos a todo tipo de sustancias, apasionados por la música y resignados a morir jóvenes. Muchas de estas personas se aceptan a si mismos como lo más bajo de la humanidad y declaran guerra contra la sociedad que los alimenta.
También hay muchos que crecieron relativamente privilegiados, quienes han vivido en carne propia la abundancia artificial que se puede comprar con dinero y que deciden dejar todo esto atrás en búsqueda de una transformación espiritual.
Hay gente que se vuelve indigente contra su voluntad, pero que después de un tiempo aprende a disfrutarlo y seguir en movimiento.
Hay gente que simplemente busca libertad, aunque sea temporal.
Hay gente que son todo tipo de combinaciones de las descripciones simplistas que doy, y gente que toma sus decisiones por razones que no puedo siquiera imaginar o intentar describir.

Pero sea cual sea la razón, cada vez hay más gente que decide dejar de participar en el ciclo de producción maniaca de nuestra sociedad industrializada, pero que aún necesitan consumir recursos para sobrevivir. Y es este punto el cual hace que mucha gente que tiene que trabajar todos los días se siente frustrada y resentida. Lo entiendo. Entiendo completamente como puede parecer injusto. Pero también hay que considerar que es mucho más fácil ver como otra gente nos oprime e ignorar las formas en las que oprimimos a otros.

Una cosa me queda clara: no sólo por tener dinero para pagar por algo significa que lo merezcas más que aquellos que no tienen dinero. Especialmente cuando se trata de comida. Daniel Suelo lo explica muy bien en una de sus entrevistas cuando le preguntan que piensa en los que lo consideran un vividor. Él toma lo que se le ofrece gratuitamente y hay gente que considera eso un abuso. Pero ¿y qué hay de todos aquellos que toman lo que la naturaleza ofrece libremente y lo VENDEN para conseguir ganancias? Explorando el norte de California pasamos muchos pueblos cuya actividad económica principal es la tala de árboles, y Adam siempre me hacía reflexionar sobre aquellos paisajes incompletos preguntándose en voz alta como se verían esas tierras en el pasado, antes de las carreteras, los pueblos y la civilización.

La mayoría de la gente que paga impuestos y trabaja en Arcata parecía detestarnos. Aunque también hubo gente muy amable que nos tendió una mano amiga. Una viejita que se veía bastante fuerte nos gritó desde su silla de ruedas eléctrica, irónicamente decorada con banderas tibetanas y símbolos de paz, porque estábamos sentados en la banqueta. Nos movimos de inmediato y movimos también nuestras cosas para abrirle paso, discuplándonos. Ella nos miró con odio y nos dijo que debíamos estar avergonzados de nuestras acciones y que si en verdad lamentábamos la inconveniencia, no volveríamos a sentarnos ahí. Uno de mis amigos respondió diciéndole que nos habíamos movido por ella y que no había necesidad de ser grosera. La viejita se enfureció aún más ante estas palabras y retrocedió de nuevo, casi atropellándonos, asegurando que iba a reportarnos con el gerente de la tienda por vagabundeo. Agarramos nuestras mochilas y caminamos a la plaza, no queriendo causar problemas. Un tipo pasó en su camioneta y nos gritó desde la ventana: "¡consíganse vidas!"

Lo gracioso del asunto es que precisamente en Arcata y alrededores, y precisamente en esta temporada, todos estos "hippies" (muchas veces provenientes de lugares tan remotos como Japón y España), están buscando trabajo y contribuyendo a la ecomía del mundo.

Parece ser un poco de envidia. Mucho resentimiento. Desde el punto de vista de estas personas, sus impuestos están pagando por las vidas de gente que no contribuye al sistema. Después de todo, ellos piensan, son sus impuestos los que pagan por las banquetas y los parques donde nosotros nos sentamos. Son sus impuestos los que pagan el salario de los policías que nos multan por tocar música. Sus impuestos los que pagan por los Servicios de Bosque y el aumento de seguridad en los Encuentros Arcoiris. Dinero, dinero, dinero. Pero seguido olvidamos que el dinero es sólo una herramienta y que los recursos que ese dinero compra están siendo arrancados sin compasión de países "pobres" que no se pueden defender. Como el desastre minero en Centro América, para que podamos remplazar nuestros celulares cuando un nuevo modelo esté disponible...

La discusión sobre los vales de despensa es gran parte de este tema. Es por eso que gente como Suelo no los usa. Para aquellos que están en países donde no se usan, los vales de despensa en Estados Unidos, en inglés "Food Stamps," "EBT," o "SNAP," es un programa de gobierno que ayuda a gente de bajos ingresos (o sin ingresos) dándoles una pequeña cantidad de dinero al mes que sólo se puede utilizar para comprar comida no preparada. En algunos lugares, como LA, existen programas especiales que permiten utilizar dichos vales para comprar comida rápida u otros platillos calientes, pero en la mayoría de los lugares es sólo para despensa. Los mercados locales en algunas áreas dan un poco de dinero extra cuando conviertes el dinero electrónico en vales físicos, y en San Diego hay incluso un par de mercados que duplican el valor de los vales de despensa para alentar a la gente a comer comida fresca y saludable.

¿Por qué aceptar ayuda de un gobierno que decimos rechazar? Para empezar, porque necesitamos comer y aunque muchas veces los basureros estan llenos de abundancia, algunas otras veces están sólo llenos de transgénicos. O cerrados con candado. Adam discute el punto de que la mayoría del dinero que se paga en impuestos se gasta en guerras, y que él no ve problema alguno con tomar un poco de ese dinero y usarlo para alimentar gente. Si pudiera tomar todo el dinero que se gasta en guerra y utlizarlo en lugar de eso para alimentar a la gente, lo haría. Y creo que muchos estarían de acuerdo con eso. Personalmente, por un tiempo me sentí incómoda utilizando vales de despensa (yo no los recibo porque no soy ciudadana, pero Adam y la mayoría de mis amigos en Estados Unidos usan este programa), pero ahora los veo más bien como una herramienta para accesar productos que normalmente no podríamos consumir, como chia y el "lujo" de comer comida orgánica. Pero no quiero depender de esto y especialmente ahora que vamos a tener un bebé quisiera ser lo más coherente posible. Porque una cosa, al menos en mi caso, sigue siendo cierta acerca de los argumentos llenos de odio de la gente que resiente nuestro estilo de vida: no estoy dando ni produciendo tanto como podría. Desde el año pasado empecé a sentirme un poco insatisfecha de viajar solo por viajar y creo que ahora es momento de comprometerme con proyectos fuertes para ayudar a crear el mundo con el que sueño.


Tenemos varios amigos que estan planeando ir a México este año para viajar e involucrarse en proyectos. Adam y yo queremos establecernos en algún terreno donde podamos cultivar nuestra propia comida y construir algo. Este año he aprendido mucho sobre plantas y hierbas medicinales y aunque no tengo nada que certifique mis conocimientos, estoy emocionada de compartirlos y seguir aprendiendo al respecto de ese tema. No sé que tanto tiempo vaya a tener al principio con un pequeño ser necesitando toda mi atención, pero tengo grandes ilusiones de empezar, poco a poco, a dar más y más. Me gustaría enseñar inglés a niños en la comunidad donde terminemos estableciéndonos, y ayudar a mujeres embarazadas a recobrar la confianza en la fuerza y sabiduría de sus cuerpos, orientarlas para que aprendan a nutrirse con buena comida y hierbas. También quisiera empezar un proyecto para traducir zines y empezar una biblioteca de información anarquista. Tengo estos y muchos otros sueños para propagar los mensajes que han estado inspirando mi vida por los últimos  años: rechaza la indoctrinacion de la imposibilidad, toma lo que necesitas, da lo que puedas, siempre ama.

Esto es lo que está pasando ahora en mi vida y mi mente... Estaremos en California por un par de semanas mas, esperando la llegada de bebé. La fecha estimada de parto es el 26 de noviembre. Después emprederemos el camino a México, o quizá más al sur dependiendo de como se vayan dando las cosas.